Si te echan mano al cuello, encontrarán la soga
David González
LeTour1987, Extremadura, 2016
David
González (Gijón, 1964) publica el Cuaderno 3 de la serie “Los
que viven conmigo” con un título desesperado, desgarrador,
premonitorio: Si te
echan mano al cuello, encontrarán la soga.
El libro, que es una belleza en sí mismo, contribuye a ello la
sugerente fotografía de portada de Vincent Minor, lo edita con
primor LeTour1987 en el número nueve de su colección de poesía
Tourmalet.
Poeta
de culto, con una dilatada trayectoria, que se inicia en 1998 con Ley
de vida (DVD
Ediciones), David González hace gala de un estilo muy peculiar, que
evita las mayúsculas y los signos de puntuación, y hace un uso
significativo de la cursiva y de las conjunciones y/ o, donde adopta
el lenguaje coloquial, cotidiano, para trenzar un discurso
aparentemente sencillo con los mimbres de una realidad sucia y
compleja.
El
poemario no dispone de una estructura externa que organice su
contenido, más bien se trata de una colección de poemas con un
riguroso orden interno. El primer poema es paradigmático y determina
el tono de denuncia que domina todo el conjunto:
ORIGEN
“no
es
una
manzana
la
que corrompe
y pudre
a
las otras:
es
el
cesto:”
El
final de cada poema viene acompañado de una cita que lo inspira y
que completa su significado, así algunas resultan sorprendentes,
como las de Rammstein, banda alemana de metal industrial, y las de
William S. Burroughs Jr., hijo del beatnik, maldito y tempranamente
desaparecido. Pero hay una que explica la vocación del poeta:
“escribir ayuda a
recordar” (Charles
Simic) y que le sirve al autor para definir su oficio: “nos
devuelve/ la memoria”.
David
González apunta sus dardos al centro de la autoridad y de la
hipocresía, para ello hilvana un discurso “a
prueba de cuentistas/ estafadores o ladrones”,
y no duda en apelar a la conciencia del lector con imágenes crudas y
de rabiosa actualidad. El cine (Full Metal Jacket) y la historia
(Pickelhaube, Amalia Vourenka) son otros temas que le incitan a
empuñar la pluma con actitud crítica.
El
poemario culmina con un extenso poema epílogo en prosa, “Mala
cabeza”, donde David González evoca la figura de Margaretta, “una
joven alta”,
“escurrida de
carnes”, “natural
de las llanuras húngaras”,
y relata su experiencia amorosa con ella desde el frío en los
Jardines del Muelle de Oriente a la pasión lírica de un anhelado
verano que “en Gigia,
no existe”. Y es
precisamente ese frío, que no deja en paz a la protagonista, el que
devuelve la memoria de la madre de Margaretta, que fue deportada a la
Rusia de Stalin, el dictador cuya mala cabeza “envíó
al poeta Varlam Shalamov al gulag, a Siberia”.
Gregorio
Muelas Bermúdez
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